Ser un lunático desde el preescolar, ese es mi mayor orgullo, lo más criticado en mí, lo que a mi vida le da luz, todos esos sonidos y colores, todo eso que no me dejaba ver ni escuchar esas cosas que tan poco me importaban, de lo que estoy hecho, todo ese salitre, todas esas sustancias misteriosas, ese entretejido de recuerdos y sensaciones inexplicables que busque en los libros, en el mar, en el cielo, todos son lugares tan reales y fugaces como este que solo vive un momento mientras se expande y viaja mas allá de su propio entendimiento, hay tanto que no entiendo que me siento arropado y rodeado de ello, quiero que el mar me trague hasta que el miedo y la oscuridad me rodee y después me escupa para vivir hasta el final de mis días con ese recuerdo, tan vivo como mi garganta llena de arena y sal en aquella revolcada a los 6 años más o menos. No cambiaría ninguno de mis preciados lugares, ni los que están enterrados en el fondo donde la rabia y la amargura no se distinguen, no los ca...
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